PABLO VI SOBRE EL CULTO DEL HOMBRE
Pablo VI, Discurso, 7 de febrero de 1971: “¡Todo el honor al hombre!”80.
Pablo VI, Discurso, 1 de agosto de 1969: “…no os dejéis desanimar por los obstáculos y dificultades que surgen constantemente; no perdáis la fe en el hombre”81.
Pablo VI, Mensaje, 25 de marzo de 1971: “…el hombre, a quien todas las cosas de la tierra deben estar relacionadas como su centro y corona”82.
Esto es una blasfemia. Pablo VI estaba aquí citando la herejía del Vaticano II.
Pablo VI, Discurso, 18 de noviembre de 1971: “En nuestra visita a Bombay enfatizamos: „El hombre debe encontrar al hombre‟”83.
Pablo VI, Audiencia, 10 de enero de 1972: “Desde las exigencias de la justicia, señores, sólo se puede obtener a la luz de la verdad, esa verdad que es el hombre…”84.
Esto significa que el hombre es la verdad.
Pablo VI, Discurso, 11 de abril de 1973: “…siempre ansiosos de salvaguardar, por encima de todo, la supremacía del hombre…”85.
En su Discurso del ángelus, 27 de enero de 1974, Pablo VI habló positivamente de:
“…el culto del hombre por el bien del hombre”86.
Pablo VI, Discurso, 15 de febrero de 1974: “…como vuestra excelencia ha recordado
con razón: que el objetivo final es el hombre…”87.
Pablo VI, Discurso, 29 de diciembre de 1968: “El misterio cristiano que descansa sobre el hombre…”88.
Pablo VI, Audiencia, 28 de abril de 1969: “En el análisis final, no hay riqueza verdadera sino en el hombre…”89.
Pablo VI, Discurso del ángelus, 20 de julio de 1969: “Nos haría bien meditar sobre el hombre…”90.
Pablo VI, Audiencia general, 28 de julio de 1971: “¡La dignidad del hombre! Nunca seremos capaces de apreciarla y honrarla lo suficiente”91.
Pablo VI, Discurso, 4 de septiembre de 1968: “Los temas que hoy preocupan a la religión, sea católica o no católica, todos convergen desde todas las direcciones sobre un tema central, dominante, a saber: el hombre. „Según la opinión casi unánime de los creyentes y de los no creyentes por igual, todas las cosas en la tierra deben estar relacionadas con el hombre como su centro y corona‟”92.
Pablo VI, Mensaje del ángelus, 13 de julio de 1975: “… la ciencia más preciosa de todas, la ciencia de conocerse a sí mismo, de reflexionar, casi soñando, acerca de la propia conciencia (…) Larga vida a la fiesta libre de otros compromisos, pero ocupados en la exploración de los secretos de la propia vida”93.
Piense acerca de este sorprendente mensaje. Él no dice que la teología, el estudio de Dios, es la ciencia más preciosa; él dice que es la ciencia de conocerse a sí mismo y soñando con la propia conciencia. Él también dice que viva la fiesta (es decir, larga vida al día santo) libre de otros compromisos (¿ quizás sin asistir a Misa?), un día santo ocupado en la exploración de los secretos de la vida propia. En otras palabras, él quiere un día santo sobre el hombre sin otros compromisos. Esto es claramente el culto del hombre.
Pablo VI, Mensaje del ángelus, 26 de septiembre de 1973: “Estamos extasiados de admiración por el semblante humano…”94.
Pablo VI, Discurso, 16 de octubre de 1976: “…si el Evangelio es para el hombre, nosotros como cristianos somos completamente para el Evangelio”95.
Nótese que sólo dice que somos para el Evangelio si el Evangelio es para el hombre.
Pablo VI, Discurso, 4 de diciembre de 1976: “… por encima de todos los condicionamientos ideológicos, la grandeza y dignidad de la persona humana debe surgir como el único valor que hay que promover y defender”96.
Pablo VI, Mensaje de navidad, 25 de diciembre de 1976: “Honremos a la humanidad caída y pecadora”97.
Pablo VI, Discurso, 10 de junio de 1969: “Porque en última instancia no hay verdadera riqueza sino en la riqueza del hombre”98.
PABLO VI SOBRE LA NAVIDAD
Pablo VI, Audiencia general, 17 de diciembre de 1969: “…la navidad es el cumpleaños de la vida. De nuestra vida”99.
La navidad es el cumpleaños de Jesucristo. No es el cumpleaños de nuestra vida porque no somos
Jesucristo. Pero esto era lo que Pablo VI predicaba.
Pablo VI, Discurso del ángelus, 21 de diciembre de 1974: “Una feliz navidad para
vosotros (…) Es la fiesta de la vida humana…”100.
Pablo VI, Mensaje de navidad, 25 de diciembre de 1976: “Hermanos, honremos en el
nacimiento de Cristo la incipiente vida del hombre”101.
La palabra incipiente significa un “comienzo, una etapa inicial”102. Por lo tanto, Pablo VI dice que en el nacimiento de Cristo encontramos las primeras etapas de la vida del hombre. Esto implica, una vez más, que el hombre es Cristo.
Pablo VI, Mensaje del ángelus, 18 de diciembre de 1976: “La navidad es la fiesta de la humanidad (…) destinada, como un efecto feliz, a honrar la existencia humana”103.
Pablo VI, Discurso, 12 de septiembre de 1970: “…la única palabra que explica al hombre es Dios mismo hecho hombre, el Verbo hecho carne”104.
Esto claramente significa que el hombre es Dios mismo hecho hombre, Nuestro Señor Jesucristo.
Papa San Pío X, E supremi apostolatus, 4 de octubre de 1903: “… esta es la señal propia del anticristo según el mismo Apóstol, el hombre mismo con temeridad extrema ha invadido el campo de Dios, exaltándose por encima de todo aquello que recibe el nombre de Dios…”105.
Pablo VI fue un hereje manifiesto y un antipapa no católico.
OTROS CAMBIOS REALIZADOS POR PABLO VI
Pablo VI deshaciéndose de la tiara papal
El 13 de noviembre de 1964, Pablo VI subastó la tiara papal de triple corona en la Feria Mundial de New York106. La tiara papal es un signo de la verdadera autoridad del Papa, las tres coronas representan la autoridad dogmática [doctrina], litúrgica [culto] y disciplinaria [gobierno] del Papa. Al entregarla, Pablo VI simbólicamente renunció a la autoridad del Papado (aunque él no tenía a nada que renunciar puesto que en realidad era un antipapa). Pero ello fue un acto simbólico de cómo él era un satánico infiltrado cuya misión era intentar destruir la Iglesia Católica. (Nótese que también el “cardenal” Ottaviani, de quien muchos creen falsamente fue un verdadero conservador, permanece a la derecha del antipapa Pablo VI durante este acto).
PABLO VI TAMBIÉN FUE VISTO MUCHAS VECES LLEVANDO EL PECTORAL DE EFOD, TAMBIÉN CONOCIDO COMO EL JUICIO DE RAZÓN DEL SUMO SACERDOTE JUDÍO
Pablo VI llevando el pectoral de efod, una vestimenta usada por los masones y los sumos sacerdotes judíos
Nótese que las doce piedras representan las doce tribus de Israel. Esto no sólo es el pectoral del sumo sacerdote judío, sino que además según la Enciclopedia de la Masonería de Mackey, el efod es también ―usado en los capítulos americanos (masónicos) del Arco Real, por el sumo sacerdote como parte de sus ornamentos oficiales”. El efod era la vestimenta que fue usada por Caifás, el sumo sacerdote de la religión judía, que ordenó que Jesucristo fuera condenado a muerte a la crucifixión.
El antipapa Pablo VI usó numerosas veces el pectoral de efod, también conocido como el Juicio de Razón del sumo sacerdote judío. Dios permite cosas como estas para que la gente reconozca que esos son los hombres infiltrados y enemigos de la Iglesia Católica.
Además de todas las herejías que hemos cubierto en los discursos de Pablo VI, él fue el hombre que con autoridad implementó el falso Segundo Concilio Vaticano, cambió la Misa católica por un servicio protestante y cambió el rito de cada uno de los sacramentos. Él cambió la materia o la forma de la Eucaristía, Extremaunción, Orden Sagrado, y Confirmación. Pablo VI quiso asesinar a Cristo en la Misa (quitándola y reemplazándola por una falsificación), y quiso asesinar a su Iglesia Católica tratando de cambiar la Iglesia por completo.
A los dos años de la clausura del Vaticano II, Pablo VI quitó el Índice de Libros Prohibidos, una decisión que un comentarista calificó acertadamente de “incomprensible”.
Otra foto de Pablo VI llevando de pectoral el efod
Otra foto clara de Pablo VI llevando de pectoral el efod
Pablo VI concedió más de 32.000 solicitudes de sacerdotes que pidieron ser liberados de sus votos para volver al estado laical; el mayor éxodo de sacerdotes desde la revolución protestante115.
La desastrosa influencia de Pablo VI fue inmediatamente visible. Por ejemplo, en Holanda ni un solo candidato solicitó la admisión al sacerdocio en 1970, y en un plazo de doce meses todos los seminarios fueron cerrados116. La destrucción espiritual estaba en todas partes; incontables millones abandonaron la Iglesia, muchos otros dejaron de practicar su fe y confesar sus pecados.
Y mientras Pablo VI era la causa de este implacable desastre y destrucción espiritual, como serpiente astuta que era, él calculadamente desviaba la atención de sí mismo. En la quizás su cita más famosa, él señaló que el humo de Satanás había penetrado en el templo de Dios.
Pablo VI, Homilía, 29 de junio de 1972: ―El humo de Satanás ha penetrado por una grieta en el Templo de Dios…”117.
Cuando Pablo VI hizo esta declaración, todo el mundo miraba a los cardenales, a los obispos y los sacerdotes para descubrir dónde podría estar este humo. Miraron a todos excepto al hombre que hizo esta declaración. Pero en realidad, Pablo VI fue el humo de Satanás, y él hizo esta declaración para desviar la mirada de la gente sobre él, y en esto él tuvo éxito. Pero lo que es quizás más alarmante es que la famosa declaración de Pablo VI es básicamente una referencia directa al Apocalipsis 9, 1-3. Apocalipsis 9, 1-3: “… y le fue dada la llave del pozo del abismo; y abrió el pozo del abismo, y subió del pozo humo, como el humo de un gran horno…”.
En Apocalipsis 9 vemos una referencia directa al humo de Satanás y a alguien se le da las llaves para desatarlo. El antipapa Pablo VI no tenía las llaves de San Pedro, pero le fue dada la llave del pozo del abismo. Fue él quien introdujo el humo del gran horno de Satanás; como lo dijo, por alguna grieta.
Jean Guitton, un íntimo amigo de Pablo VI, cuenta lo que Pablo VI le dijo en la sesión final del Vaticano II: “Era la sesión final del Concilio”, escribe Guitton, “la más esencial, en la que Pablo VI entregó a toda la humanidad las enseñanzas del Concilio. Él me anunció en aquel día lo siguiente: „estoy a punto de tocar las siete trompetas del Apocalipsis‟”118.
Pablo VI, Discurso al Seminario Lombardo, 7 de diciembre de 1968: “La Iglesia atraviesa un momento de inquietud, de autocrítica, se podría decir incluso de auto- demolición (…) La Iglesia es herida por ella misma”119.
Pablo VI se burló de nuevo de la gente. Él dice que la Iglesia está en un proceso de “auto-demolición” y es “herida por ella misma”. ¡Él de nuevo está refiriéndose a sí mismo, porque fue él quien está tratando de destruirla y herirla a cada momento!
PABLO VI SOBRE LA MAGIA
El Diccionario Ilustrado de Oxford define la magia como: “El arte fingido de influenciar en los eventos por el control oculto de la naturaleza o de los espíritus, brujería…”120.
Los católicos tienen prohibido practicar la magia. Pero Pablo VI hablaba frecuentemente de la magia.
Pablo VI, Homilía, 12 de noviembre de 1972: “¿De dónde viene, esta magia interior que destierra el miedo…”121.
Pablo VI, Audiencia general, 30 de diciembre de 1970: “… la invisible pero abrumadora magia de influir en la opinión pública…”122.
Pablo VI, Mensaje, 1 de enero de 1975: “¡Reconciliación! (…) No se puede encontrar un lugar a esta palabra mágica en el diccionario de nuestras esperanzas…”123.
Pablo VI, Homilía, 11 de mayo de 1975: “Ustedes, los artistas del teatro y del cine (…) que poseen el arte mágico de ofrecer con la voz y con la música (…) la escena de un evento de la vida real…”124.
Pablo VI, Discurso, 18 de mayo de 1969: “Todo se transforma bajo la influencia mágica de la ciencia…”125.
Pablo VI, Mensaje al pueblo brasileño, febrero de 1972: “Servicio: una palabra mágica que impulsa a la acción…”126.
Pablo VI, discurso, 23 de junio de 1973: “… la raíz religiosa ha perdido gran parte de su poder mágico de inspiración?”127.
¿Por qué Pablo VI habló tanto acerca de la magia? Ello fue, en nuestra opinión, precisamente porque él sabía que era la magia negra lo que le permitía a él, un infiltrado satánico, engañar al mundo haciéndolo pensar que él era un Papa de manera que él pudiera destruir la Misa y casi toda la Iglesia Católica. Él sabía que era su magia negra lo que le permitió cambiar el rito de todos los sacramentos y endosar su nueva religión del Vaticano II sobre el mundo.
PABLO VI ADMITIÓ QUE SU IGLESIA ERA LA RAMERA DE BABILONIA
En el Apocalipsis, capítulos 17 y 18, se predice que se levantará una ramera en los últimos días en la ciudad de las siete colinas, que es Roma. Esta ramera pisará sobre la sangre de los santos y mártires. Esta ramera es claramente todo lo contrario de la inmaculada esposa de Cristo, la Iglesia Católica. En otras palabras, la ramera de Babilonia será una Iglesia falsa de Roma que aparecerá en los últimos días. Cerca del final de este libro presentamos la evidencia de que la ramera de Babilonia es la secta del Vaticano II, una falsa novia que aparecerá en Roma en los últimos días para engañar a los fieles católicos.
La Santísima Virgen, en su aparición en La Salette, Francia, el 19 de septiembre de 1846, predijo: ―Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del anticristo (…) La Iglesia será eclipsada”.
En la siguiente cita, el antipapa Pablo VI esencialmente admite que su nueva Iglesia es la falsa Iglesia al admitir que su “iglesia” ha abandonado su oposición al mundo, que es lo que caracteriza a la verdadera Iglesia.
Pablo VI, Audiencia general, 1 de octubre de 1969: “Por otro lado, ella [la Iglesia] también está tratando de adaptarse y asimilarse a los caminos del mundo; ella se ha quitado sus vestimentas sagradas que la distinguen porque quiere sentirse más humana y terrena.
”Ella se está dejando absorber por el medio social y temporal. Ella casi se ha dejado tomar por el respeto humano al pensar que ella es diferente de alguna manera y obligada a tener un estilo de pensamiento y de vida que no es el del mundo. Ella ha experimentado cambios y degradaciones con conformismo, casi un afán vanguardista”128.
Aquí Pablo VI admite que la Iglesia post-Vaticano II es una Iglesia falsa que se ha adaptado al mundo y que ha asimilado los caminos del mundo con afán. Esta es una admisión impresionante de Pablo VI. Él admite en pocas palabras que la Iglesia post-Vaticano II es la ramera de Babilonia.
Cuando se combina el hecho de que Pablo VI frecuentemente usaba el efod judío con todos sus otros intentos sistemáticos para destruir toda la tradición católica, ello es una fuerte evidencia de que él era un judío satánico infiltrado.
De hecho, los antepasados de Pablo VI eran judíos. Su verdadero nombre era Giovanni Montini. La familia Montini aparece en el Libro de Oro del Patrimonio Noble Italiano (1962-1964, edición inglesa, p.
994): “Una rama de la noble familia de Brescia (…) de donde viene su blasón noble y que reconoce
como su seguro tronco y fundador a un Bartolomé (Bartolino) de Benedictis, dijo que Montini era de origen judío”129.
OTRA FOTO DEL ANTIPAPA PABLO VI LLEVANDO EL JUICIO DE RAZÓN DEL SUMO SACERDOTE JUDÍO
Con lo expuesto he demostrado que Pablo VI era un completo apóstata que creía que las falsas religiones son verdaderas, que la herejía y el cisma no tienen nada de malo, y que los cismáticos no deben ser convertidos, por decir lo menos.
Si usted acepta el Vaticano II o la Nueva Misa o los nuevos ritos de los sacramentos – en definitiva, si acepta la religión del Vaticano II – este es el hombre cuya religión usted sigue, un manifiesto hereje infiltrado, cuya misión era derrumbar y destruir cuanto sea posible la fe católica.
Los católicos no deben asistir a la Nueva Misa del antipapa Pablo VI (el Novus Ordo) y deben rechazar completamente el Vaticano II y los nuevos ritos de los sacramentos. Los católicos deben rechazar completamente al antipapa Pablo VI porque él no era católico. Los católicos deben rechazar y no apoyar a ningún grupo que acepte a este apóstata como Papa, o que acepta la nueva Misa o el Vaticano II o los nuevos ritos sacramentales de Pablo VI.
LA FIRMA DEL ANTIPAPA PABLO VI CONTIENE TRES SEIS
Esta es una foto de la firma del antipapa Pablo VI. Si usted gira el texto, verá que hay tres seis. La que aparece bajo la primera foto es otra más ampliada con su nombre vuelto al revés. Se ve claramente el 666. Por lo que sabemos, esta era la forma como firmaba Pablo VI.
Cardenal Fr. Gustavo de Jesús. OSB.
Notas de la Sección 14:
1 Declaración del arzobispo Marcel Lefebvre, agosto de 1976; citado parcialmente por Mons. Tissier De Mallerais, The Biography of
Marcel Lefebvre [La Biografía de Marcel Lefebvre], edición inglesa, Kansas City, MO: Angelus Press, 2004, p. 505.
2 L’Osservatore Romano (el periódico del Vaticano), edición inglesa, 14 de diciembre de 1972, p. 1.
3 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 5 de julio de 1973, p. 1.
4 The Papal Encyclicals [Las Encíclicas Papales], de Claudia Carlen, edición inglesa, Raleigh: The Pierian Press, 1990, Vol. 3 (1903-
1939), p. 82.
5 The Papal Encyclicals, edición inglesa, Vol. 1 (1740-1878), p. 230.
6 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 16 de noviembre de 1972, p. 1.
7 The Papal Encyclicals, edición inglesa, Vol. 3 (1903-1939), pp. 313-314.
8 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 11 de octubre de 1973, p. 10.
9 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 20 de enero de 1972, p. 1.
10 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 22 de diciembre de 1977, p. 2.
11 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 18 de diciembre de 1969, p. 2.
12 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 17 de diciembre de 1970, p. 7.
13 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 14 de julio de 1977, p. 12.
14 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 9 de octubre de 1969, p. 5.
15 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 25 de diciembre de 1975, p. 5.
16 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 12 de septiembre de 1974, p. 2.
17 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 10 de octubre de 1974, p. 7.
18 The Papal Encyclicals, edición inglesa, Vol. 1 (1740-1878), p. 238.
19 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 11 de octubre de 1973, p. 4.
20 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 14 de agosto de 1969, p. 12.
21 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 11 de marzo de 1976, p. 12.
22 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 13 de septiembre de 1973, p. 8.
23 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 1 de noviembre de 1973, p. 1.
24 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 30 de enero de 1975, p. 5.
25 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 15 de junio de 1972, p. 5.
26 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 23 de junio de 1977, p. 5.
27 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 21 de junio de 1973, p. 5.
28 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 21 de septiembre de 1972, p. 2.
29 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 2 de octubre de 1969, p. 2.
30 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 24 de junio de 1976, p. 4.
31 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 22 de diciembre de 1977, p. 2.
32 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 14 de agosto de 1969, p. 10.
33 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 7 de agosto de 1969, p. 1.
34 Denzinger 714.
35 Decrees of the Ecumenical Councils [Los Decretos de los Concilios Ecuménicos], edición inglesa, Vol. 1, pp. 550-553; Denzinger,
The Sources of Catholic Dogma [Las Fuentes de Dogma Católica], edición inglesa, B. Herder Book Co. trigésima edición inglesa,
1957, no. 39-40.
36 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 17 de julio de 1969, p. 1.
37 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 20 de diciembre de 1973, p. 3.
38 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 14 de agosto de 1975, p. 3.
39 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 23 de abril de 1970, p. 12.
40 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 10 de febrero de 1972, p. 3.
41 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 27 de enero de 1972, p. 12.
42 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 14 de julio de 1977, p. 10.
43 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 28 de enero de 1971, p. 1.
44 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 13 de julio de 1972, p. 12.
45 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 6 de junio de 1968, p. 5.
46 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 4 de noviembre de 1971, p. 14.
47 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 27 de julio de 1972, p. 12.
48 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 1 de enero de 1976, p. 6.
49 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 18 de marzo de 1971, p. 12.
50 The Papal Encyclicals, edición inglesa, Vol. 1 (1740-1878), p. 230.
51 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 30 de diciembre de 1976, p. 8.
52 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 1 de febrero de 1973, p. 12.
53 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 11 de mayo de 1972, p. 4.
54 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 6 de junio de 1968, p. 4.
55 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 13 de julio de 1978, p. 3.
56 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 15 de diciembre de 1977, p. 4.
57 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 13 de julio de 1972, p. 12.
58 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 24 de mayo de 1973, p. 6.
59 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 21 de enero de 1971, p. 12.
60 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 19 de junio de 1969, p. 9.
61 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 8 de febrero de 1973, p. 7.
62 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 6 de septiembre de 1973, p. 8.
63 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 26 de diciembre de 1968, p. 4.
64 Denzinger 1000.
65 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 5 de mayo de 1977, p. 1.
66 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 14 de agosto de 1969, p. 1.
67 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 18 de abril de 1968, p. 2.
68 The Papal Encyclicals, edición inglesa, Vol. 1 (1740-1878), p. 229.
69 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 26 de noviembre de 1970, p. 7.
70 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 5 de septiembre de 1968, p. 10.
71 The Papal Encyclicals, edición inglesa, Vol. 5 (1858-1981), p. 227.
72 http://www.worldnetdaily.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=16291
73 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 17 de febrero de 1972, p. 5.
74 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 2 de mayo de 1968, p. 4.
75 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 21 de julio de 1977, p. 6.
76 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 15 de octubre de 1970, p. 3.
77 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 17 de junio de 1976, p. 3.
78 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 22 de septiembre de 1977, p. 11.
79 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 15 de junio de 1978, p. 3.
80 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 11 de febrero de 1971, p. 12.
81 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 14 de agosto de 1969, p. 8.
82 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 27 de mayo de 1971, p. 5.
83 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 2 de diciembre de 1971, p. 3.
84 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 20 de enero de 1972, p. 7.
85 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 19 de abril de 1973, p. 9.
86 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 7 de febrero de 1974, p. 6.
87 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 28 de febrero de 1974, p. 3.
88 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 2 de enero de 1969, p. 12.
89 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 8 de mayo de 1969, p. 3.
90 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 24 de julio de 1969, p. 12.
91 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 5 de agosto de 1971, p. 12.
92 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 12 de septiembre de 1968, p. 1.
93 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 24 de julio de 1975, p. 2.
94 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 7 de octubre de 1976, p. 2.
95 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 28 de octubre de 1976, p. 4.
96 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 16 de diciembre de 1976, p. 4.
97 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 30 de diciembre de 1976, p. 1.
98 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 19 de junio de 1969, p. 6.
99 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 25 de diciembre de 1969, p. 3.
100 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 1 de enero de 1976, p. 11.
101 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 30 de diciembre de 1976, p. 1.
102 The Oxford Illustrated Dictionary [El Diccionario Ilustrado de Oxford], edición inglesa, p. 425.
103 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 30 de diciembre de 1976, p. 5.
104 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 24 de septiembre de 1970, p. 2.
105 The Papal Encyclicals, edición inglesa, Vol. 3 (1903-1939), p. 6.
106 P. Joaquin Arriaga, The New Montinian Church [La Nueva Iglesia Montiniana], edición inglesa, pp. 394-395.
107 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 3 de diciembre de 1970, p. 10.
108 George Weigel, Witness to Hope [Testigo de Esperanza], edición inglesa, p. 238.
109 The Reign of Mary [El Reinado de María], edición inglesa, Vol. XXVI, No. 81, p. 17.
110 Mark Fellows, Fatima in Twilight [Fátima en Crepúsculo], edición inglesa, Niagra Falls, NY: Marmion Publications, 2003, p.
193.
111 Mark Fellows, Fatima in Twilight, edición inglesa, p. 193
112 Mark Fellows, Fatima in Twilight, edición inglesa, p. 206.
113 Nino Lo Bello, The Incredible Book of Vatican Facts and Papal Curiosities [El Libro Increíble de Hechos del Vaticano y
Curiosidades Papales], edición inglesa, Ligouri, MO: Liguori Pub., 1998, p. 195.
114 The Reign of Mary, edición inglesa, Vol. XXVIII, No. 90, p. 8.
115 George Weigel, Witness to Hope [Testigo de Esperanza], edición inglesa, New York, NY: Harper Collins Publishers, Inc., 1999, p. 328.
116 Piers Compton, The Broken Cross [La Cruz Torcida], edición inglesa, Cranbrook, Western Australia: Veritas Pub. Co. Ptd Ltd,
1984, p. 138.
117 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 13 de julio de 1972, p. 6.
118 Jean Guitton, “Nel segno dei Dodici,” entrevista por Maurizio Blondet, Avvenire, 11 de octubre de 1992.
119 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 19 de diciembre de 1968, p. 3.
120 The Oxford Illustrated Dictionary, segunda edición inglesa, p. 512.
121 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 23 de noviembre de 1972, p. 1.
122 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 7 de enero de 1971, p. 1.
123 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 26 de septiembre de 1974, p. 6.
124 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 22 de mayo de 1975, p. 3.
125 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 18 de mayo de 1969, p. 12.
126 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 9 de marzo de 1972, p. 2.
127 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 12 de julio de 1973, p. 6.
128 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 9 de octubre de 1969, p. 1.
129 P. Joaquin Arriaga, The New Montinian Church, edición inglesa, p
engtter-spacing:11 marzo de 1972, p. 2.127 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 12 de julio de 1973, p. 6.
128 L’Osservatore Romano, edición inglesa, 9 de octubre de 1969, p. 1.
129 P. Joaquin Arriaga, The New Montinian Church, edición inglesa, p